SODOMA Y GOMORRA

Salas de espera atestadas de gente, paredes verde esperanza?...
Caras frunciendo el ceño de dolor o malestar?...nunca lo sabremos en realidad.

Las tensiones por las nubes, los ánimos por los suelos, y los médicos parecen que nos huyen.
¡¡Por favor...alguien que me diga lo que tengo!!
Mascarillas regaladas...gente cansada...estornudos a montones, esquivo la tos del vecino, me levanto pues los virus son mi debilidad.

Un muchacho se delata, de pronto se pone en pie y dice lo que le pasa, ¡Estoy hasta los webos de aguantar tanta gente ingrata!...
Ah pero eso es una enfermedad?...entonces hay una plaga, una pandemia segura...porque alli hasta las que no tenemos de eso...del diagnostico no hay duda.

Unos al verse reflejados de que la enfermedad es la misma cunde el pánico en urgencias...y piden salir a fumar.
¡Por favor necesito un cigarro, los nervios me van a matar!...señor no puede salir su vena tiene pinchada y unida a una bolsa con calmante, que por cierto parece no hacerle nada.
En vez de tranquilizarse se pone mas agresivo, y queriendo tirar de la goma...llega a revolucionar el sitio.
Llaman a dos seguratas, se enfundan en guantes negros, por el pasillo veo a uno con el pantalón por los suelos.
Esto se va animando, se me va quitando el sueño, después de pasar la noche cuidando...a mi pobre padre enfermo.

De pronto llega un tal Jorge y se caga en todos sus muertos, diciendo que va a sacar la pistola, de aquí a un momento.
La gente en vez de asustarse, nos miramos con recelo, y poco a poco las risas contangian hasta a los médicos.

Ocho horas llevo esperando, los huesos ya no los siento, de nuevo se levanta Jorge...¡Quiero que me vea el médico!
El segurata le pide calma, pues hay mas gente primero.
Jorge mas que cabreado...pega un golpe con el puño, la esquina ni se ha inmutado, pero su mano sangra por un tubo.
Ha conseguido con ello ser el numero 1.
Se lo llevan esposado a que le atiendan y le curen el puño.
Allí quedamos pensando si seguir el ejemplo, al fin y al cabo lo que interesa....es que te hagan caso.

Ahora llega Arturo un muchacho delgaducho, diciendo que quiere fumar que le den por favor permiso, a este se ve que le falta algun veranillo, se planta delante los médicos, al segurata no hace caso, se revela contra todos...y de nuevo otro altercado.

La gente se descontrola, ya no hay calma en la sala, un chico y yo nos miramos con cara de alucinados.

Mas que venir a urgencias parece esto el Oeste americano.


"La primera noche que estuve con mi padre en el hospital, seguido, a las 9 de la mañana tuve que llevar a mi madre a urgencias, gracias que al final no tuvo mayor importancia, pero ya veis lo que disfrutamos los Madrileños cuando vamos.
Es una verdadera verguenza, no ya por los enfermos, porque realmente uno de ellos estaba esperando a ingresar en psiquiatría, imaginaros allí él segun estaba sin nisiquiera nadie que le acompañara.
Pero las urgencias ya se sabe lo bien que funcionan, que al final sales de allí peor que entraste, aunque sea por los nervios, gracias que mi madre no estaba mal, y el ver todo esto hizo que me espabilara y no me durmiera".