martes, 16 de diciembre de 2008

AMORES PROHIBIDOS


Quiero hablar sobre esos amores que sentimos prohibidos o vemos “inalcanzables” por alguna poderosa razón, o que realmente nos son prohibidos por alguna circunstancia de la vida.

Hemos visto, sobre la importancia que revierte o juega el amor en nuestra existencia. Observamos que sin él, la vida resultaría difícil e imposible de vivirla. Analizamos también todos y cada uno de los factores que implican dar o recibir amor condicionado o de manera incondicional, concluyendo en una respuesta que ha quedado en el aire:

¿Realmente sentir amor por alguien que no está en nuestras manos alcanzar en la vida, podemos catalogarlo como prohibido?

El amor es un sentimiento que puede fácilmente confundirse con pasión, deseo, ideál o capricho, y más cuando hemos de convertirlo por fuerza mayor, por ser imposible culminarlo...en un sentimiento platónico.

Amores que quedaron inconclusos, amores de niñez, amores de adolescencia, amores de juventud, o amores de madurez que hemos sentido, pero nunca realizado como un anhelo imperante, necesario y vital en la vida. Un amor que deja, (lo queramos o no), un enorme vacío inexplorado en los bosques del alma.

Amores hay que son verdaderos, capaces de volvernos unas mujeres desconocidas, y más agresivas en los campos de acción, y que sin embargo, hubo algo, o alguien o hay o habrá algún motivo, causa o razón que nos impida plasmarlo.

Amores hay que se quedaron profundamente dormidos en los sueños de mujer profundamente enamorada del amor, y se fueron como llegaron, sin pedir permiso y sin decir adiós. ¿Se fueron realmente? ¿o los dejamos ir? ¿o están allí aún impregnados en las paredes del alma, esperando a ser despertados con el roce de los pétalos de una nueva ilusión?

¿Cuántas mujeres hay en el mundo que idealizaron su amor en una persona equivocada?, creyeron encontrar las puertas del templo del amor en el corazón del ser amado, para luego darse cuenta que no era lo que ellas buscaban del amor? ¿Qué es lo que realmente se busca del amor? ¿la correspondencia? ¿la comodidad y los lujos? ¿la seguridad económica o emocional? ¿placer?… ¿o qué?

¿Por qué una mujer se siente decepcionada o frustrada cuando no encuentra ese eco en el ser que creyó amar, y se entregó en cuerpo, alma, sentimiento y razón?

¿Será que también ese amor le era prohibido? ¿será que sólo seleccionó mal a su pareja? Porque indiscutiblemente el amor sigue vivo allí, latiendo fuertemente, reclamando atención en su corazón, pero se siente desplazada, incompleta, anulada, estéril del alma, sola, vacía, incomprendida, devaluada, utilizada, manipulada como una hoja al viento, o una veleta a la deriva de las circunstancias.

¿Hasta dónde puede considerarse al amor como un sentimiento prohibido?

Ciertamente es que existen casos que lógicamente, y por simple inducción lógica sí resultan realmente “prohibidos”, porque los restringe la sociedad, los principios éticos o humanos, las culturas, las religiones, los lazos consanguíneos, etcétera, y que esas normas de moralidad y buen juicio nos indican que no es por ahí, o que simple y sencillamente tenemos que darnos cuenta (aunque nos duela), que un amor prometido o comprometido anticipadamente con otro ser, no es el ideal que estábamos buscando para nosotras, ni es, ni se parece siquiera, al ideal de nuestros sueños.

¿Pero cuándo encontramos a una persona que es libre, no está enlazada, no está prometida o comprometida, y que no hay problemas con la cultura, los principios religiosos, ni los lazos de la sangre y que de todas formas no podemos alcanzar? ¿Por qué no podemos realizar ese amor?. ¿Será que nos está prohibido realizarlo por alguna razón divina?

Hay relaciones que están mal vistas por el común de las personas, pero a su vez son cada vez más los que se atreven a romper esos tabúes...

El amor no se elige, llega cuando uno menos lo espera. Pero existen amores condenados por la sociedad, amores prohibidos.

El novio de la mejor amiga, el primo, el paciente que se enamora de su médico, el padre de una amiga, etc. son algunos casos condenables por el entorno que rodea a esa persona que cayó en la “trampa” del amor.

Pero en realidad estos amores “prohibidos” no se resignan ni se terminan por el castigo social que existe, todo lo contrario, tratan de seguir adelante y crecer contra todo lo que se le cruce en el camino. Lo que sienten sus protagonistas es una mirada social que los discrimina y los acusa como culpables. Por eso estos amores deben tener una doble pelea: primero contra el desgaste común de cualquier relación y segundo contra todo el círculo que los rodea que califica a esa relación como un tema tabú.

En todas las sociedades existe el tabú del incesto, a partir de esta prohibición son las propias personas las que se cohesionan, las que se autocensuran y determinan lo que está bien y lo que está mal.

Estas prohibiciones se dan mayormente por tres aspectos: el económico, el religioso y sobre todo el social. Y además son los que determinan la ética de la persona que comete semejante “pecado”.

En todos estos casos siempre se aducen orígenes culturales (además de los biológicos en caso de amor entre parientes). Las reglas sexuales también son producto de la cultura de un pueblo. En la naturaleza no hay prohibiciones, son las propias sociedades las que imparten pautas de existencia. Y la violación de esas reglas produce una condena social en términos afectivos.

A pesar de todo, muchas parejas llegan a florecer y terminan una historia que empezó mal vista por el resto. La mayor complicación para los demás era en un momento dado el tema de la diferencia de edad. Pero con el paso del tiempo esto se fue revirtiendo y aparecieron otros motivos para cuestionar el amor.

El problema es que estos amores suelen dividir a las personas que rodean a esa pareja en dos: los que aceptan la relación y los que no. Por eso muchas veces el grupo que estaba formado y era estable, se desacomoda cambiando todas las relaciones preexistentes.

Las personas viven tironeadas por obedecer las leyes implícitas de la sociedad en la que habitan y por eso someten sus instintos en muchas oportunidades. Pero hay muchas personas que se animan a vivir experiencias nuevas y se inmiscuyen en historias que están mal vistas por el resto de la gente.

AMOR ENTRE PARIENTES

A pesar de que esté mal visto el amor entre personas del mismo apellido o de la misma sangre familiar, la ley no prohíbe el casamiento entre familiares. Lo que sí existe es una culpa y un cargo moral por hacer “algo prohibido”.

Al revés de los demás tabúes el casamiento entre primos, por ejemplo, antes era bien visto por las antiguas sociedades, luego se fue revirtiendo este fenómeno hasta llegar al día de la fecha casi como un “pecado”. Todo comenzó a darse por temor a los problemas genéticos de los hijos de estas uniones. Pero lo único a lo que se le puede temer es que cuando hay una unión entre consanguíneos es que existe un mayor riesgo a contraer enfermedades genéticas. Igualmente estas enfermedades dependen del tipo de comunidades donde vivan y de la frecuencia de los problemas genéticos que se den en ellas. Lo único que establece esto es que una ley biológica es mucho más fuerte que la moral, ya que una ley moral puede ser modificada pero una biológica no. La relación entre primos puede aumentar el riesgo de contraer enfermedades para los hijos, pero son solo posibilidades. Lo mismo puede pasar en el caso de dos personas diabéticas aunque no tengan parentesco alguno.

También dependerá del apoyo del entorno familiar. Muchas veces la negativa de éstos puede hacer peligrar la relación. Por eso se dan muchos casos, sobre todo en edad adolescente, en los cuales la relación permanece a escondidas para el resto de la familia, y así puede durar por años sin llegar a legalizar nada.

Otros casos se pueden dar por el engaño de un familiar. Acá más que el tabú está el tema de la traición, sentirse herido por alguien que uno quería mucho como puede ser su mejor amigo o su hermano.

¿QUÉ DICE LA PSICOLOGÍA?

Los psicoanalistas no terminan en ponerse de acuerdo. Para algunos la palabra “amor” le quedaría grande para este tipo de relaciones. Aducen que sólo se trata de deseo sexual y de ganas de romper con las reglas preestablecidas.

En la vereda opuesta los psicólogos dicen que es muy difícil definir qué es amor. Freud definió que todo enamoramiento “es enamoramiento de una imagen de sí mismo devuelta por otra persona”.

Todas las producciones humanas están definidas por la relación amor-odio y esas relaciones pueden llegar a ser muy complejas.
Por eso aunque una relación caiga dentro de un tabú no por eso significa que no es amor.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Oye Yaiza este articulo esta interesante. Yo tengo algunas opiniones y las colaboradoras de mi blog tambien, estamos pensando escribir algo a 8 manos, y sin duda tomaeremos en cuenta este buen articulo tuya.

Besitos,


SEX0
Isla de Margarita

YAIZA dijo...

Hola, SEXo, gracias por pasarte por mi blog. Me parece perfecto,y a ver si escribo en tu blog que he entrado varias veces y la verdad me gusta. Besos!

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